Nuestros hijos, los pequeños tesoros del hogar, nuestros amados por los que entregamos hasta la vida si fuese necesario. Por ellos rogamos cuando están enfermos, cuando salen de casa, cuando van de viaje, cuando tienen que presentar un examen muy importante, cuando sufren un accidente. Se nos va la vida pensando en ellos y encomendándolos al Señor para que vele por sus pasos y los protejan en sueños. Por ellos todo lo damos.
Oración de madrugada por los hijos
Amado Padre que en los cielos estás, en esta noche que se
ha hecho larga, te pido fervorosamente para que
cuides los sueños de mis hijos.
Permíteles soñar con ángeles y querubines, con preciosos colores
y animales de tu creación, enséñales todas las bellezas
que has preparado para su bienestar en esta Tierra.
Dales risas en sus sueños, correteos por praderas,
cabalgatas en caballos dóciles y de pelaje brillante.
Permíteles sentir la arena húmeda acariciar las plantas de sus pies,
gozarse en la plenitud de un mar hermoso y limpio,
que en sus sueños abunde la armonía, la paz y la bondad.
Que prueben de los ricos frutos de la huerta especial que sembraste
con tanto cariño, y degusten todos los sabores, dulces y ácidos,
se deleiten con el aroma de las flores de los campos y giren sobre la
hierba.
Que nada les incomode, que nada les agobie, que el llanto no tenga cabida,
que no haya dolor ni sufrimiento, que estos sueños les anticipen lo que
significa el Paraíso, la preciada recompensa luego de
haber llevado una vida digna y buena,
amando a sus padres, familia y seres queridos.
Que sus sueños sean los más bellos y que al despertar encuentren
el dulce abrazo de unos padres amorosos y toda la protección
que deben obtener de un hogar cubierto del amor de Dios.
Que su descanso les otorgue salud, la bendición de crecer fuertes y
con un corazón valiente y puro.
Padre, bendice a mis amados hijos para que siempre puedan
tener sueños como estos, llénalos de sentimientos buenos y pensamientos
limpios, para que esto pueda ser así siempre.
Te pido por estas hermosas bendiciones, Amado Padre.
Amén.
Para reflexionar
El Padre ve por cada uno de sus pequeños niños y sobre todo los cuida cuando toca la hora de dormir, envía la protección del Espíritu Santo y el Ángel Guardián para que puedan pasar sus horas de sueño de forma tranquila y tengan un descanso reparador, para que al levantarse vayan con mucha energía a sus labores escolares y del día a día. Oremos por nuestros niños para que la bendición del descanso y la salud reposen sobre ellos mientras duermen y puedan crecer sanos y felices.